Esta noche que hay baile
en el rancho 'e la Cambicha
Chamamé de sobrepaso
tangueadito bailaré.
Chamamé milongueado
al estilo oriental
Troteando despacito
como bailan los tangué.
Al compás de la acordeona
bailaré el rasguido doble
Troteando despacito
este doble chamamé.
Y esta noche de alegría
con la dama más mejor
En el rancho 'e la Cambicha
al trotecito bailaré.
Van a estar las lindas las chanzas
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!,
Le hablaré lindo a las guaynas
Para hacerles suspirar
Llevaré camisa 'e plancha,
mi pañuelo azul celeste
Mi bombacha bataraza
que esta noche estrenaré.
Un sombrero bien aludo,
una flor en el cintillo
Una faja colorada
y alpargatas llevaré.
Un frasco de agua florida
para echarle a las guaynas
y un paquete de pastillas
que a todas convidaré.
Y esta noche de alegría
con la dama más mejor
en el rancho 'e la Cambicha
al trotecito bailaré.
(Canción "El Rancho 'e la Cambicha"
interpretado por Antonio Tormo)
En un día como hoy se me hace difícil hablar del Hombre del Tocadiscos, ese mismo hombre que no supo como hacer que mi educación fuera mejor (ni para mí ni para mis otros 5 hermanos) pero que me dejó el recuerdo eterno de mi amor por la música desde el tocadiscos Ranser que tuvo, con los años, un final injusto (contado en el post EL RUIDO DE LA PÚA).
Ese hombre llamado Cristóbal que alguna vez tuvo el rol de mi padre no era un dichado de virtud, su vida estuvo afectada por su trabajo de policía, por el alcohol y el tabaco, causas que lo llevaron a su muerte en la forma de CÁNCER.
Mi viejo nació el 24 de marzo de 1941 en un pueblo desaparecido llamado La Colina, en lo que hoy es llamado Partido de Gral Lavalle. Llegó a Mar del Plata muy jóven y no tenía muy buenas relaciones con mis abuelos, a los nunca conocí. Conoció a mi madre Norma y se casaron el 20 de octubre de 1965. Así pronto llegaron los hijos: Alicia, Norma Edit, yo, Nancy, Erica y finalmente Angel Fabián.
Con el tiempo la relación familiar estaba volviéndose un caos (y que familia no lo tiene cuando todo se va de las manos y el amor es sólo un mero pretexto para continuar luchando por mejorar la situación, generalmente económica). Yo siempre he dicho que los refranes son sabios. Conocen aquél que dice "si Dios no da hijos el Diablo da sobrinos"? Pues bueno, 23 diablitos aumentaron la familia dentro y fuera de ella!! Yo soy el único soltero, a veces pienso que soy la decepción de la ley familiar.
Pero hay que rescatar lo bueno de mi padre y quizás esta anécdota pueda hacerlo: Domingo 9 de febrero de 1978 - Mi padre tenía una Siambretta como la que se ve en la foto debajo de este comentario:
Ese día salimos para el Circo Norteamericano que estaba en la esquina de Champagnat y Garay, en dicho lugar mi padre hacía la vigilancia y en esa ocasión puede ver a una de las estrellas del circo mencionado: Dudú, una simpática mona que pude verla actuar en una de las funciones (admito que le tenía un poco de miedo, pues yo tenía en ese momento 7 años pero la mona me extendió su brazo y pude estrechar su mano, era adorable y como verán no me fue para la mona). Acto seguido vamos en la Siambretta a casa de un amigo por la Avda Colón y antes de llegar a la Avda. Arturo Alió (Ex-180) ocurrió algo que algunos podrían llamarlo suerte o milagro pero sé que Dios estuvo ahí.
La avenida esta repleta de vehículos -y les pido por favor que a medida que vaya relatando vean con atención y evalúen con su memoria lo que procedo a contar, sin dejar de ver la foto de esta Siambretta que oficiará de guía para este relato- y como podrán ver la forma de que el pasajero pueda sostenerse es la manija que está detrás del asiento del conductor (por favor vean la foto). Claro que con mucha velocidad el pasajero debe sujetarse CON LAS DOS MANOS llevando el cuerpo hacia atrás por el impulso de la velocidad, estoy en lo cierto?
Luego de esta explicación puedo seguir contando: todo iba bien, yo sujeto a la manija de la moto cuando de pronto aparece una camioneta fletera a mi lado y, aunque no recuerdo exactamente si me asusté o la camioneta me golpeó el hombro, perdí el control de la manija y caí hacia atrás sin gritar ni por un momento.
Bien, hasta aquí hemos de evaluar un poco la situación: con mucho tránsito en la calle y haberme caído sin atinar a gritar como lo haría cualquier chico, la pregunta es: CÓMO ME SALVÉ DE UN MUERTE SEGURA?
Como les dije antes, Dios estuvo ahí y paso a darles la respuesta: en el momento que caí mi pantalón se había enganchado con un alambre suelto y fuerte y gracias a un auto vecino que le avisó a mi viejo pudo bajar despacio la velocidad de la moto para que no me lastimara. Recuerdo que cuando caí, mis dedos apenas tocaban el asfalto.
Cuando me desengancharon el pantalón mi viejo me abrazó y esa fue la única vez que me abrazó entre llantos. Nunca más pasó algo como eso. Tal vez mi viejo y yo éramos muy torpes para experesar lo que sentíamos uno con el otro y por eso te digo a vos que leés esto: AMÁ MIENTRAS TENGAS TIEMPO, DESPUÉS EL TREN SE VA Y NO VUELVE MÁS.
A 12 años de su partida debo seguir luchando en este mundo incomprendido, malicioso y por momentos esperanzador sin tener que jugar con el Osito Fufú, buscando en mis recuerdos lo que me mantiene con vida: la música. Esa misma música que emanaba del tocadiscos y que cada día la estoy recuperando, sabiendo que hay gente como yo que se emociona y evoca los mejores instantes de vida que le da una de las mayores creaciones de Dios.
La música es la expresividad del alma y la alegría del corazón, y sé que mi barrio de recuerdos se vuelve cada vez más lindo pues en cada calle, en cada rincón del alma, en cada plaza de niños juguetones, en cada recodo suenan las partituras musicales de aquello que llamamos RECUERDOS.
Aclaración Final: a mi viejo siempre le gustaba escuchar a Antonio Tormo en el disco, especialmente "El Rancho 'e la Cambicha" que era su tema favorito.
(Agradecimiento a Jorge Fernández Torre por su gentileza de scanear esta única foto de mi padre, perdón por la imperfección de la misma pues estuvo mucho tiempo guardada)